Sin la París-Roubaix, que desgraciadamente tendrá que esperar a 2021 para celebrarse en su primera edición, Movistar Team cierra su campaña de clásicas 2020 con el Tour de Flandes, una carrera durísima y espectacular que vive desde hace años en el calendario consolidada como una de las pruebas de un día más prestigiosas del circuito WorldTour.
En esta ocasión, y atendiendo a la voluntad de no generar aglomeraciones de público, las mujeres saldrán y terminarán en el mismo punto: las afueras de Oudenaarde, donde ya habitualmente concluye esta carrera de 136 km. Once serán las cotas -tres de las cuatro últimas, adoquinadas- y cuatro los tramos de pavé, éstos últimos acumulados en un tramo inicial que ya suele ser determinante para el pelotón, por el viento, los cortes y los nervios de un grupo cuyas dificultades más sonoras llegan en los últimos 40 kilómetros.
El Taaienberg (km 96), breve, empinado y con una aproximación siempre plena de tensión, suele ser el primer punto de ataques para las favoritas antes de las cotas decisivas: el Oude Kwaremont (km 119) y el Paterberg (km 122), que en esta versión femenina solo se cubren una vez y que, junto con el Kruisberg (km 109, no adoquinado), constituyen las grandes oportunidades para romper la carrera antes del sprint.